La investigación muestra que tras una intervención a través de la práctica en mindfulness se observa menor ansiedad, menor reactividad al estrés, y mejor calidad del sueño en comparación con los tratamientos habituales (Hoge et al., 2013).
La atención es la clave para aprender y la meditación te ayuda a regularla”, afirma Richard Davidson, director del Laboratorio de Neurociencias afectivas de la Universidad de Wisconsin.
(Killingsworth y Gilbert, 2010). Los estudios científicos demuestran que el tiempo que dedicamos a divagar representa un porcentaje muy alto de nuestro tiempo y somos menos felices cuando nuestra mente divaga que cuando no lo hace.
La conciencia de uno mismo es el origen de la inteligencia emocional y social (Goleman 2007).
Otro ámbito de la regulación emocional, es el referido a la exposición a las emociones o no reactividad, relacionado con la observación de las experiencias emocionales sin intentar alterarlas, (Garland et al., 2011).
En palabras de Daniel Siegel Psiquiatra de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA), “el mindfulness crea lo que él denomina flexibilidad de respuesta, la capacidad de crear una pausa entre el estímulo y la respuesta”.
Según Daniel Siegel (2007) la práctica de mindfulness utiliza los circuitos cerebrales sociales. Los circuitos utilizados para observar los sentimientos, las intenciones y las actitudes de los demás. Y esto hace que estemos más conectadas.
“La investigación muestra que hay mejoras en la capacidad de mantener la atención sobre un objeto en periodos más largos de tiempo, y los meditadores han mostrado tener mejor respuesta frente a tareas cognitivas atencionales” (Jensen, Vangkilde, Frokjaer y Hasselbalch, 2011).
Mindfulness se ha relacionado con una mejora del bienestar general a través de cambios en la plasticidad y circuitos neuronales. Beatriz Rodríguez Vega. Psiquiatra.
Los pacientes sometidos a un programa de meditación mindfulness de dos meses de duración mostraron modificaciones en varios parámetros que indican que la práctica de la meditación mindfulness parece ejercer una acción inmunomoduladora (Psiconeuroinmunoendocrinología e implicaciones clínicas. Rodríguez Peña F. M., 2015).